Iglesia Central Evangelica de Santidad

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Tegucigalpa, Francisco Morazan, Honduras

viernes, 15 de mayo de 2009

¡Que Pinta se Pinta!

Los Ministerios de Escuela Dominical y Discipulado se unieron para pintar un mural en el salón de sala cuna de modo que los niños tengan un ambiente más agradable. Artistas y voluntarios combinaron sus talentos y lograron una hermosa Arca de Noé para los chiquitines. Nos alegra que los jóvenes hayan puesto sus dones y talentos al servicio de Dios en este hermoso mural. ¡Dios les bendiga!














lunes, 19 de enero de 2009

viernes, 16 de enero de 2009

Villancicos Navideños

 

Bautismos

Bautismos en Monte de Santidad

Devocional de la Semana

Las preocupaciones también paralizan

A Mario Alfonso lo dejaron paralítico las preocupaciones. No, no fue una degeneración progresiva de sus músculos fruto de las inquietudes o algo por el estilo. Ocurrió un domingo al caer la tarde. Consideraba que no había salida para su problema.

Días antes había sido notificado por la entidad bancaria con la que había contratado un crédito, sobre el embargo de su casa. Llevaba varias cuotas sin amortizar y, agotado el proceso jurídico, amenazaban con quitarle todo. Su esposa, desesperada por la situación y por la aparente “tranquilidad” de Mario Alfonso, decidió abandonarlo. Se fue con sus dos hijitos pequeños.

Nadie prestó atención a sus preocupaciones. Todos consideraban que, ahora que estaba inmerso en problemas, tenían “mucho que hacer” y le dieron la espalda. Fue entonces que comprendió que no tenía amigos. No tenía a nadie.

Tomó la determinación en medio del estado más bajo de su desesperación. “No vale la pena vivir”, razonó y saltó al vacío desde el quinto piso del edificio de apartamentos donde vivía.

El intento fue fallido. Dio tumbos y mitigó la caída al caer en un parasol. Finalmente dio contra el pavimento. Sufrió múltiples fracturas. En definitiva, a Mario Alfonso lo dejaron paralítico las preocupaciones.

No permita que tomen fuerza

Si hay algo que no podemos permitir que tome fuerza en nuestra existencia, son las preocupaciones. Asoman a nuestra vida, pero no deben ganar terreno. La decisión es de cada cual. Nadie puede presionarnos. Somos usted y yo quien le abrimos espacio.

Cuando afloran, no debemos cargarnos hasta más no poder sino, por el contrario, someter las dificultades al buen Dios y Señor. Jesucristo recomendó a sus discípulos y también a nosotros: “Vengan a mí los que estén cansados y agobiados, que yo los haré descansar. Acepten mi enseñanza y aprendan de mí que soy paciente y humilde. Conmigo encontrarán descanso. Mi enseñanza es agradable y mi carga es fácil de llevar” (Mateo 11:28-30).

No guarde problemas hasta reventar. Ese no es el plan maravilloso de Dios para su vida. Por el contrario, es que someta en Sus manos todo obstáculo en procura de encontrar paz. Con su poder ilimitado, no hay complicación que persista. Pruébelo. Solo así podrá comprobar la eficacia de confiar en Aquél que todo lo puede.